Edorta fue jugador de fútbol en los años ochenta hasta mediados de los noventa, formado en Lezama y futbolista de Primera División con la camiseta azul del mítico Real Oviedo. Cuando cambió las botas de fútbol por el chándal de entrenador, Edorta se dio cuenta del mundo de la metodología. “Todo es un proceso de aprendizaje, uno no llega y se dice voy a ser el responsable de la metodología de un club. Todo viene de trabajar en fútbol base y en mi caso tuve la fortuna que cuando acabó mi etapa como jugador pude volver al Athletic en 1995, de la mano de José María Amorrortu.
Su trabajo consiste en marcar una estructura de trabajo planificado y orientado a lo que se quiere conseguir. Después de once temporadas como entrenador de infantiles, cadetes, juveniles y filiales del club que le formó como futbolista desde los diez a los veintidós años tuvo que elegir, en 2004, entre continuar con su labor de entrenador o aceptar la propuesta de Lezama como responsable de formar a los entrenadores y al fútbol base. En el presente nos situamos para conocer cuál fue el camino que eligió, es lo que le hacía sentir realizado.
Más tarde fue llamado por UEFA para una serie de trabajos dentro de su comité técnico, encargados en fomentar los valores del fútbol. Actualmente desarrolla su trabajo junto a José María Amorrortu en el Athletic Club de Bilbao.
En 1995 Edorta comienza a profundizar en el trabajo de cantera. Al ojear las diferentes maneras de trabajar en el continente se da cuenta que hay un perfil que define a cada una de ellas. “No copies, incorpora lo que veas y adáptalo a tu forma de trabajar”. A partir de estos viajes encuentra la razón de ser de la metodología, es decir, practicar una estructura de trabajo que enriquece al futbolista, nos explica el especialista en fútbol base vizcaíno.
La formación del A. Athletic Club de Bilbao.
El Lema:
Como institución, como el conjunto de sus seguidores, se caracteriza por la defensa de unos valores cada vez menos frecuentes en el fútbol y en el deporte del siglo XXI. El orgullo por lo propio, reflejado en la máxima expresión con la política de su cantera, se convierte en un componente de unión por encima de cualquier otro aspecto de discrepancia en la vida diaria y marca la diferencia con cualquier otra filosofía o manera de entender el fútbol en todo el mundo.
