C. Galicia goleo a Vilo por 4 a 0. Por medio de la pelota parada el conjunto gallego vapuleo a un ignoto Vilo.
Por la cuarta fecha del torneo permanencia Vilo recibía en su casa a C. Galicia A. La dupla técnica decidía en el transcurso de la semana cambiar el dibujo táctico, Vilo jugaría 3-3-1-3.
Con los siguientes once jugadores el verde y negro salía a la cancha; Salvati, J. Vega, L. Vega, Brandan, Iglesias, Caneda, Fallesen, Serpa, Irigaray, Conde y Cura.
En la charla previa el técnico Montoya hacía referencia al nuevo dibujo (3-3-1-3) les menciona a cada uno el funcionamiento que tendrían que desarrollar en el terreno de juego. Mencionaba una vez más ganar esos diez partidos individuales, esforzare al máximo para sacar el partido adelante. “Muchachos trabajen con el corazón caliente y la cabeza fría”…
Antes de dar comienzo con lo acontecido el día sábado, quiero mencionar el pésimo mantenimiento del campo de juego y las zonas aledañas. Los yuyales sobre el alambrado perimetral, el añejo soporte que protege la columna en el banco suplente visitante, las redes de los arcos rotas, mas el pésimo estado de los bancos de suplente muestran a las claras el abandono total que presenta hoy nuestra querida cancha de fútbol.
En una tarde primaveral, el juez pitaba dando inicio al encuentro. La visita de entrada impuso su juego. Primero aviso con dos disparos desde afuera del área grande, los dos se estrellaron en el travesaño. El primero por medio de una jugada colectiva, el segundo tras un tiro libre. A los 8 minutos C. Galicia hacia justicia, se ponía arriba en el marcador por medio de un córner y un cabezazo al segundo palo. Vilo era una sombra en la cancha. No podía dominar el juego, el balón dividido era siempre capturado por el conjunto rival. El verde y negro se iría al descanso sin crear situaciones de peligro en el arco de enfrente, solamente había insinuado por medios de remates lejanos de Cura, Serpa y una de Conde en la puerta del área grande.
En el entretiempo la dupla Montoya - Cusnir decidió realizar dos variantes ingresaban el juvenil Torres y M. Ciaramella, salían Iglesias y Serpa respectivamente. En el descanso Montoya explicaba lo siguiente:
…”Muchachos borrón y cuenta nueva. Nos está faltando esas ganas de querer ganar el partido que la están teniendo ellos y no nosotros. Si nosotros salimos el segundo tiempo con ganas de querer ganar el partido lo podemos dar vuelta, si salimos el segundo tiempo a querer discutir, a pelear no va, ese no es el camino. El camino de la pelea no es, el camino del quilombo no es. El equipo necesita que la cosa este tranquila tanto afuera como adentro de la cancha. Con las cosas tranquila nosotros lo damos vuelta, con las cosas en quilombo nosotros perdemos”… Entonces pongamos la cabeza fría volvamos al punto cero otra vez y pensemos que cada uno tiene que empezar a vencer a su rival”…
La parte final sería un replica a la del primer tiempo. Salvati salvaba providencialmente su arco tras una atajada descomunal enviando el balón al córner. A continuación C. Galicia hacia relucir su dominio aéreo en la pelota parada. Cuando el reloj marcaba los 10 minutos cayo el centro al primer palo para la entrada solita del jugador nº 8 quien conectaba de cabeza y ampliaba la diferencia a dos. Adiós al partido para el conjunto local. Para el recuerdo amargo quedaran los otros dos goles de conjunto gallego, también de pelota parada y en complicidad con un plantel que no estuvo en unos desus mejores días. Los goles llegaban a los minutos 29, el tercero y el cuarto a los 41. No fue la mejor tarde para uno y si, quizás fue la mejor para el otro. De lo que no se puede dudar fue de la entrega que dejo el conjunto visitante en el terreno de juego. La diferencia fue rotunda y pudo ser mayor.
La figura de Vilo fue Javier Vega aporto sacrificio e intento jugar siempre que pudo por el andarivel derecho. Tocado en su amor propio lucho hasta el último minuto sin avergonzarse por la derrota.
El sacrificio de un año está llegando a su fin, observando el fixture restan jugar tres partidos en una semana. El próximo sábado se visita a Bco. Ciudad, entre semana se jugara como exigió la Liga la sexta fecha frente a Libertador F.C. A y el primer sábado de noviembre la última fecha del torneo frente a C. Asturiano. Por lo tanto y antes de que sea tarde quiero pronunciar lo siguiente; “hay que jugar para ganar y no para el rival”. El sábado se jugó para el rival. Porque para jugar, para ganar, hay que hacer lo que uno planeó que había que hacer, entendiendo que eso les iba a permitir el triunfo. El sábado el plantel no realizo eso.
Es verdad del quiebre emocional que existió en la charla previa al partido por el técnico Montoya en lo que se refería al partido más importante del año, la salud de un compañero y amigo. Por suerte ese partido se está ganando paso a paso. Pero de ahí a lo que trascendió luego en la cancha me parece que hay un largo trecho. Como carga emotiva lo podríamos analizar, pero si fue así entonces me pregunto. ¿Para entrar en discusiones efímeras ante un rival que conocemos muy bien no existió esa carga emocional? El principal causante de haber jugado mal es que a este plantel le cuesta muchísimo, pero muchísimo enfrentar a este tipo de rivales que llevan al juego al frenesí como arma vital. Esto puede acontecer el próximo sábado ante, Bco. Ciudad, entre semana frente a Libertador F.C o en la última fecha contra C. Asturiano. Tres equipos con una misma identidad, la que más nos incomoda, la histeria, dentro y fuera como recurso primordial de juego.
El gran remedio para este gran mal, es la teoría expuesta por Paco en el entretiempo; “El plantel necesita que el juego se desarrolle de manera tranquila tanto afuera como adentro de la cancha. Si se juega bajo un orden, con humildad, ganando esos diez partidos individuales y con tranquilidad Vilo seguirá jugando en primera y podrá hasta salir primero en esta zona permanencia. Pero si el juego entra en los torbellinos que nos propinan los rivales, en las luchas ingenuas de ver quién es más vigoroso, el próximo año nos veremos jugando en la B”.
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