martes, 23 de agosto de 2011

Vilo, un equipo de amigos.

Vilo se trajo un punto del cementerio Polaco. Mereció mucho más pero no pudo vulnerar el arco rival.

Por la tercer fecha del torneo clausura “A”, Vilo viajaba hacia Burzaco para enfrentar a Polonia F.C. Luego de la suspensión por inclemencias climáticas ante el Siamec por la segunda fecha, el verde y blanco se presentaría a jugar luego de quince días.
Su técnico J.M. Montoya determinaba poner a los siguientes once; Serpa al arco, Arrieta, Delgado, Saggio, Fallesen, Iglesias, R. Venturini, G. Ciaramella, Irigaray, Conde y M. Ciaramella.
En la charla previa J.M Montoya mencionaba que este sería un partido de primera, para ello motivaba a sus dirigidos de forma muy veraz, remarcando su virtudes y resaltando su estilo de juego. “No traicionaremos nuestro sistema de juego, nuestros primeros defensores van a seguir siendo nuestros tres puntas” mencionaba entre otras cosa en un charla que se extendió aproximadamente unos diez minutos.




Las características del terreno de juego y sus alrededores me permitieron apodar a la cancha de Polonia F.C., sin ánimo de ofender a la parcialidad local, el cementerio Polaco.
Con una temperatura muy baja haciendo honor al crudo invierno que nos martiria por estos días, bajo algunos chaparrones aislados comenzaba el juego en el Cementerio Polaco. Los primeros cinco minutos el local insinuaba tomar el manejo del partido, pero esto no sería así. Ya a los diez minutos Conde, Irigaray y M. Ciaramella presionaban a los defensores locales, el medio campo administraba el juego y la defensa se paraba casi en terreno rival. Serpa luego de descolgar un pelotazo de unos 35 metros miraba el partido muy tranquilo. Solamente ordenaba a su defensa cuando notaba algún error en sus marcas. Vilo jugaba con gran presencia, a los veinte minutos Conde abrió su pie izquierda para acariciar con cara interna desde la puerta del área grande a la redonda dejando atónitos a tres defensores que trataban de tapar su remate. La caprichosa se iría rozando el poste derecho del uno.



Vilo ya era patrón del juego, en la cantidad de amonestados de Polonia se apreciaba la diferencia. Uno jugaba el partido incomodo, el otro nunca perdía la tranquilidad, el autocontrol y la paciencia para jugar. La primera etapa finalizaba.
Montoya mencionaba lo siguiente a sus dirigidos en el entretiempo “sigan trabajando el partido igual” luego elogiaría a Serpa quien ordeno muy bien a sus defensores para luego continuar expresando “sigamos proponiendo nuestro juego, no hay que aflojar, el que afloja pierde”.
El segundo tiempo fue un calco al primero empezaba mejor el local pero enseguida Vilo ofrecía mayor repertorio en todo el terreno de juego. Las llegadas más claras fueron para el verde y blanco. Nacho, “el grande”, ingresaba al área grande y remataba cruzado desde la derecha para que la caprichosa se fuera apenas afuera. Luego llego el turno de M. Ciaramella desde una posición similar saco un zurdazo que se perdió apenas afuera. Vilo merecía un poco más, ahora le llegaba la hora al atorrante del futbol, R. Venturini quien interceptaba una pelota en la mitad del terreno para luego dejar el tendal ante sus marcas, con la estampa de los grandes, y en seguida rematar ajustado abajo al palo izquierdo del uno quien contenía al esférico. Faltando cinco para el final Montoya introducía su primer variante salía extenuado M. Ciaramella e ingresaba N. Turdera. Luego de un par de minutos dejaba la cancha lesionado el pequeño gran matón R.Iglesias por el entraba E. Sofía. Como era de prever el juez del encuentro expulsaría a un jugador local, haciendo clara alusión a como vivieron el partido los jugadores de Polonia, fastidiosos e incómodos. La última clara la tuvo el siempre generoso Alto Conde, quien primero mato a la redonda dentro del área grande para luego tomarse un tiempo para asistir a la llegada del chico de los mil pulmones, Agustín Fallesen quien remato de zurda fuerte ante el achique de los defensores polacos.

El partido llagaba a su fin, Vilo no pudo traerse los tres puntos desde Burzaco, pero si volvió con el bienestar de saber que nunca traiciono su ideal de juego, ese juego que le dio tantas satisfacciones. Para la anécdota quedaran los llamados de Mariano Pucheta y Lucas Vega para informarse como iba el encuentro. Ambos ausentes por trabajo. Cero a cero amigos era la respuesta desde el otro lado del celular.
La figura de la cancha fue el Alto Fer. Desequilibro por todo el frente del ataque, tuvo una entrega descomunal en todo el pasaje del juego. De arriba fue imparable se aguanto todo lo que le pegaron sin protestar. El gol se le negó en dos oportunidades una vez por saber mucho y definir a al palo mas lejano del uno, la otra por ser generoso y querer asistir a un compañero por estar mejor posicionado.
Para finalizar quiero remarcar los diferentes gestos que tuvieron el Topo Serpa junto al Capitán del equipo Germán Delgado que llevaron al Alto Fer a Ezeiza para que este tomara el vuelo hacia Brasil. El de Fernando Conde quien atraso su viaje a Brasil para poder jugar este partido así como adelanto la vuelta para poder jugar el sábado próximo. Emblemas y ejemplos de un equipo de amigos.

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