Vilo goleo 4 a 0 a San Andrés B, con goles de M.Ciaramella, Irigaray, Conde y Licera.
Debido a la postergación del encuentro frente a Hebraica por el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, Vilo se vio obligado a realizar un párate de quince días, cosa que fastidio un poco a su técnico, “este párate nos distrae, no nos favorece” se lo escucho comentar por lo bajo en los pasillos del club. Para colmo de males en el entrenamiento del día martes el arquero Gabriel Salvati al pisar mal por causas del mal estado del campo de juego sufría un esguince en unas de sus rodillas. Baja más que importante para el encuentro del día sábado frente a San Andrés B. Por lo tanto Montoya determinaba que Gustavo Serpa sería el encargado de ponerse el buzo de arquero.
Con los siguientes once el verde y blanco recibía en el reducto al equipo de Benavidez:
Serpa, J.Vega, Cusnir, Delgado, Fallesen, Iglesias, Ramos Venturini, G.Ciaramella, Irigaray, Conde y M.Ciaramella.
Montoya apostaba a jugar con tres puntas bien definidas. De entrada su idea le daba muy buenos frutos, Irigaray se asociaba con Conde y definía de punta al segundo palo, el arquero tapaba providencialmente su remate pero M.Ciaramella corregía el rumbo de la caprichosa hacia el fondo del arco, para poner a Vilo arriba en apenas cinco minutos de comenzado el encuentro. El verde y blanco hizo del partido algo muy práctico, nada de cosas raras, la defensa marcaba, el mediocampo creaba y los tres puntas amenazaban continuamente al arco rival. A medida que pasaban los minutos Irigaray crecía en gran magnitud en su juego, primero recibía una dura falta tras desbordar por el sector derecho, de esta manera era amonestado el defensor rival, luego presionaba cuando el partido lo pedía, transformándose en el primer defensor del equipo y hasta se permitía deleitarnos con una corrida memorable casi desde la mitad de la cancha eludiendo a dos jugadores y yéndose a encontrar mano a mano con el uno rival. Su agotamiento lo llevo a apurarse en la definición y el arquero tomo su remate sencillamente. Pero nada cambiaba para ese entonces, el juvenil ya era el actor principal del encuentro. Debido al intenso calor el juez, paraba el partido para que los jugadores tomaran agua. Montoya aprovecho el momento para dar un par de indicaciones en la defensa y aconsejar al extenuado Irigaray. Los minutos restantes fue más de lo mismo, la visita estaba perdida en la cancha. Antes de culminar la primera etapa el uno visitante se lucia tapándole el extraordinario cabezazo de Conde, de frente al piso, como dicen los libros. El primer tiempo finalizaba, Vilo merecía una diferencia mayor.
En la parte final Vilo corono una nueva goleada, promediando los diez minutos una buena jugada de izquierda hacia derecha finalizo con un remate de Irigaray, cruzado, abajo al palo izquierdo del arquero que nada podía hacer. El local ampliaba merecidamente la diferencia, el resultado era dos a cero. Luego Vilo apaciguo aun más el tramite del partido, comandado por el “Che” Guido Ciaramella quien sobresalía en la mitad de la cancha, con sus toques, pausas y recupero del balón. A los quince ingresaba C.Arrieta por M.Ciaramella, cinco minutos mas tarde hacia su ingreso Licera por Irigaray. A los veinte llegaba el tercer gol, tras un corner enviado por el pequeño gran matón, Conde se tomaba revancha del primer tiempo y sentenciaba de cabeza el tres a cero parcial. Cinco minutos más tarde el chico Licera después de una muy buena jugada colectiva convertía el cuarto gol, tras un gran remate en lo que ya era una diferencia abrumadora. Montoya aprovechaba para realizar el último cambio, ingresaba en la defensa, Piccini por el mariscal Cusnir. El partido ya no era tal, Vilo era una maquina y de esta forma goleaba nuevamente, sorteando así a otros de los equipos endebles que presenta el torneo clausura B.
Destaco el partido que jugo G. Ciaramella manejo los tiempos en la mitad de la cancha e hizo los relevos a la perfección.
La figura del encuentro fue Ignacio Irigaray, desnivelo cuantas veces quiso por el sector derecho, marco en qué momento el equipo debía presionar la salida de los rivales y por último convirtió un golazo desde la puerta del área grande.
Vilo gano su cuarto partido consecutivo en donde además de sumar 12 puntos, marco 18 goles a favor con tan solo 2 en contra. Números que impresionan de tan solo leerlos pero que no pueden confundir al diezmado plantel. Vilo gano partidos relativamente accesibles pero con una holgura que nos maravilla e entusiasma a todos, algo muy raro de pensar o imaginar hace muy poco tiempo atrás.
Es por eso que resalto, el equilibrio, el simplismo y la tranquilidad que manifiesta su técnico, J. Montoya al manejar a esta maquina, perdón a este equipo.
Debido a la postergación del encuentro frente a Hebraica por el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, Vilo se vio obligado a realizar un párate de quince días, cosa que fastidio un poco a su técnico, “este párate nos distrae, no nos favorece” se lo escucho comentar por lo bajo en los pasillos del club. Para colmo de males en el entrenamiento del día martes el arquero Gabriel Salvati al pisar mal por causas del mal estado del campo de juego sufría un esguince en unas de sus rodillas. Baja más que importante para el encuentro del día sábado frente a San Andrés B. Por lo tanto Montoya determinaba que Gustavo Serpa sería el encargado de ponerse el buzo de arquero.
Con los siguientes once el verde y blanco recibía en el reducto al equipo de Benavidez:
Serpa, J.Vega, Cusnir, Delgado, Fallesen, Iglesias, Ramos Venturini, G.Ciaramella, Irigaray, Conde y M.Ciaramella.
Montoya apostaba a jugar con tres puntas bien definidas. De entrada su idea le daba muy buenos frutos, Irigaray se asociaba con Conde y definía de punta al segundo palo, el arquero tapaba providencialmente su remate pero M.Ciaramella corregía el rumbo de la caprichosa hacia el fondo del arco, para poner a Vilo arriba en apenas cinco minutos de comenzado el encuentro. El verde y blanco hizo del partido algo muy práctico, nada de cosas raras, la defensa marcaba, el mediocampo creaba y los tres puntas amenazaban continuamente al arco rival. A medida que pasaban los minutos Irigaray crecía en gran magnitud en su juego, primero recibía una dura falta tras desbordar por el sector derecho, de esta manera era amonestado el defensor rival, luego presionaba cuando el partido lo pedía, transformándose en el primer defensor del equipo y hasta se permitía deleitarnos con una corrida memorable casi desde la mitad de la cancha eludiendo a dos jugadores y yéndose a encontrar mano a mano con el uno rival. Su agotamiento lo llevo a apurarse en la definición y el arquero tomo su remate sencillamente. Pero nada cambiaba para ese entonces, el juvenil ya era el actor principal del encuentro. Debido al intenso calor el juez, paraba el partido para que los jugadores tomaran agua. Montoya aprovecho el momento para dar un par de indicaciones en la defensa y aconsejar al extenuado Irigaray. Los minutos restantes fue más de lo mismo, la visita estaba perdida en la cancha. Antes de culminar la primera etapa el uno visitante se lucia tapándole el extraordinario cabezazo de Conde, de frente al piso, como dicen los libros. El primer tiempo finalizaba, Vilo merecía una diferencia mayor.
En la parte final Vilo corono una nueva goleada, promediando los diez minutos una buena jugada de izquierda hacia derecha finalizo con un remate de Irigaray, cruzado, abajo al palo izquierdo del arquero que nada podía hacer. El local ampliaba merecidamente la diferencia, el resultado era dos a cero. Luego Vilo apaciguo aun más el tramite del partido, comandado por el “Che” Guido Ciaramella quien sobresalía en la mitad de la cancha, con sus toques, pausas y recupero del balón. A los quince ingresaba C.Arrieta por M.Ciaramella, cinco minutos mas tarde hacia su ingreso Licera por Irigaray. A los veinte llegaba el tercer gol, tras un corner enviado por el pequeño gran matón, Conde se tomaba revancha del primer tiempo y sentenciaba de cabeza el tres a cero parcial. Cinco minutos más tarde el chico Licera después de una muy buena jugada colectiva convertía el cuarto gol, tras un gran remate en lo que ya era una diferencia abrumadora. Montoya aprovechaba para realizar el último cambio, ingresaba en la defensa, Piccini por el mariscal Cusnir. El partido ya no era tal, Vilo era una maquina y de esta forma goleaba nuevamente, sorteando así a otros de los equipos endebles que presenta el torneo clausura B.
Destaco el partido que jugo G. Ciaramella manejo los tiempos en la mitad de la cancha e hizo los relevos a la perfección.
La figura del encuentro fue Ignacio Irigaray, desnivelo cuantas veces quiso por el sector derecho, marco en qué momento el equipo debía presionar la salida de los rivales y por último convirtió un golazo desde la puerta del área grande.
Vilo gano su cuarto partido consecutivo en donde además de sumar 12 puntos, marco 18 goles a favor con tan solo 2 en contra. Números que impresionan de tan solo leerlos pero que no pueden confundir al diezmado plantel. Vilo gano partidos relativamente accesibles pero con una holgura que nos maravilla e entusiasma a todos, algo muy raro de pensar o imaginar hace muy poco tiempo atrás.
Es por eso que resalto, el equilibrio, el simplismo y la tranquilidad que manifiesta su técnico, J. Montoya al manejar a esta maquina, perdón a este equipo.
No nombras la que saco rapido y meto TERRIBLE contra y la que " cacheteo " por arriba del travesaño eh...tenes que estar mas atento...ajajaj
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