Vilo lo empato y lo perdió en el
descuento. El conjunto dirigido por Montoya perdía injustamente, M. Ciramella
lo empato a los 47 de la parte final. Dos minutos después Regatas por medio de
un zapatazo lo gano.
Por la decima fecha, Vilo viajaba
hasta el sur para enfrentar al equipo local, Regatas de Avellaneda. Montoya –
Cusnir repetían el sistema táctico de la
semana anterior 4-3-1-2
Vilo salía a la cancha con los
siguientes once jugadores; Esposito, J. Vega, Pezzolano, L. Vega, Ortiz,
Iglesias, Saggio, Cura. G. Ciaramella, Irigaray, M. Ciaramella. Bajo un cielo
gris el juez del encuentro daba inicio al partido. De entrada el local tomaba
el papel protagónico del encuentro. Pero a medida que pasaban los minutos su
juego se disolvía. Vilo por lo tanto esperaba en tres cuartos de cancha e
intentaba salir de contra.
El partido para este entonces era muy flojo. Las
jugadas de peligro eran producidas por consecuencias de errores personales, el
juego asociado brillaba por su ausencia. De esta manera Regatas llego un par de
veces, y no pudo debido a que L. Vega salvo las dos veces en la línea. Vilo
también tuvo las suyas pero le falto la puntada final, primero a Nacho, “El
grande” y después al “Che” G. Ciaramella. La primera etapa culminaba.
El juez pitaba para que Regatas y
Vilo jueguen la parte final. Promediando los 7 minutos el marcador se abriría de la única manera que
se podía abrir, esto quiere decir por medio de una jugada de pelota parada. El
jugador de Regatas ejecutaba la falta desde el sector derecho, Esposito fallaba
en su recepción, la caprichosa quedaba boyando dentro del área grande para ser
empujada fortuitamente al fondo del arco.
Con muy poco Regatas se ponía arriba
en el marcador. A partir de este entonces el encuentro padeció un cambio
positivo para los espectadores, se hizo un partido abierto. El verde y blanco
tocado en su moral, iría en busca del empate. Los roles se invertían ahora la
visita atacaba y el local defendía para jugar de contragolpe. Montoya – Cusnir
realizaban la primer variante dejaba la cancha el lateral izquierdo Ortiz, de
aceptable tarea, e ingresaba Cipollati. A medida que el tiempo transcurría Vilo
arriesgaba cada vez más. Promediando los treinta minutos Montoya determino
hacer la segunda variante ingresa Reguera por el temperamental M. Pezzolano.
Dos minutos más tarde L. Cura crecía por el andarivel derecho para enviar un
exquisito centro a la cabeza de Cipollati, quien cabeceaba muy bien, pero el
que brillaba era el arquero local, que volaba descomunalmente para sacar a la
caprichosa hacia el córner.
El árbitro adicionaba jugar cinco minutos más, Vilo
no se daba por vencido. Esta vez el que desbordaba por derecha era Cipollati
quien llegaba al fondo y mandaba el centro. El defensor local pifiaba en su
despeje y el balón le quedaba en los pies a M. Ciaramella, mano a mano con el
uno y ante el achique del arquero definía al palo derecho. Vilo empataba el
encuentro en uno.
Cuando todo parecía terminar en tablas siendo este el
resultado más acorde por lo hecho por ambos equipos, llego una distracción en
la visita para que el diez de Regatas la aprovechara al máximo. Ejecutando un
zurdazo descomunal desde la puerta del área grande, haciendo estallar a grito
pelado a toda la parcialidad local. Sentenciando de esta manera una nueva derrota de Vilo. Regatas ganaba el
partido por 2 a 1.
La figura de Vilo fue L. Vega
desde que Montoya- Cusnir lo ubicaron en la zaga central Harry Potter dejo el
traje de mago y se puso el overol para mandar, guiar y ordenar al equipo.
Muestras más que claras de que es el principal referente de este plantel. Lucas
desde su humildad, ordena y conduce al equipo. Junto con Matías Pezzolano,
también de muy buena actuación trasmitieron a la plantilla un cambio de
actitud, que se vio reflejado nuevamente en el terreno de juego.
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