martes, 17 de julio de 2012

El diablo metió la cola...

Vilo perdió nuevamente sobre la hora. Lo ganaba bien con gol de L. Cura, pero la experiencia del conjunto de Palomar pudo más y lo dio vuelta.

Vilo viajaba hasta el Palomar para enfrentar a A.F.A.L.P “A”, por la decima segunda fecha del torneo AIFA. Con los siguientes once jugadores el verde y blanco iba en busca de obtener su segundo triunfo  consecutivo: Esposito, J. Vega, L. Vega, Pezzolano, Fallesen, Iglesias, G. Ciaramella, Cura, Ortiz Biondi, Irigaray, y M. Ciramella.



Montoya en su charla previa recalcaba la importancia y el agrado que le proporcionaba contar con la plantilla completa a esta altura del año. Por otro lado se disculpaba de no poder hacer jugar a todos sus dirigidos. En vista al encuentro frente al puntero de la zona A, mencionaba entre otras cosas jugar concentrados y tener mucha precaución con los pelotazos largos a los delanteros.


El juez pitaba dando inicio a la decimo segunda fecha. El partido en los primeros minutos era muy friccionado. El local creaba la primer jugada de peligro, tras un amago de uno de sus delanteros entraba al área y ante el achique de Esposito determinaba asistir a uno de sus compañeros pero Fallesen llegaba justo para despejar al balón. Arribando a los 15 minutos L. Cura abriría el marcador tras un zurdazo descomunal desde la puerta del área grande, luego de un cambio de frente. Cinco minutos más tarde el equipo local encontraría el empate por el mismo camino, con un remate desde afuera del área grande. En un partido muy aburrido A.F.A.L.P y Vilo se iban al descanso igualados en un tanto cada uno.


En el entretiempo Montoya arreglaba su laboratorio. Ajustaba las marcas en defensa y en la mitad de la cancha. Luego determinaba el ingreso de Cipollati por J. Vega pasando Iglesias a jugar en el lateral derecho y M. Ciaramella a la mitad de la cancha por el sector izquierdo.


La segunda etapa comenzaba. Nada cambiaria, el juego sería similar a la de la primera parte. Vilo insinuaba un poco más que su rival. Las oportunidades de riesgo se creaban a base del error fortuito y no por causa correcta. El verde y blanco promediando los 20 minutos irrumpió en el juego creando la mejor jugada del encuentro tras una sesión de diez pases seguidos entre sus jugadores. 


Esto provoco un mini quiebre en el transcurso del juego, se percibía un poco mejor a la visita que al experimentado equipo local. Vilo llegaba de contra por medio de desbordes tanto por derecha como por izquierda pero las imprecisiones en el golpe final serian determinantes. Faltando minutos para el cierre Nacho “el grande” tuvo la más clara en su botín derecho, cara a cara con el uno definía apenas afuera. Cuando todo parecía terminar en tablas, A.F.A.L.P. aprovecharía al máximo la última bola de la tarde. 


Por medio de una pelota parada desde la mitad de la cancha, su central enviaría un centro al área, en busca de un borbollón, un error o un golpe accidental que le dé la posibilidad de ganar el partido. Y así fue señores, como nos sucedió contra Nueva Unión en la primera fecha, como nos aconteció frente a Savio, esa tarde con suerte ya que su jugador erro el penal y fue triunfo de Vilo, como la derrota en el crepúsculo  frente a La Salle y la más reciente frente a Regatas de Avellaneda en el último minuto adicionado. Ocurrió lo que el destino nos viene deparando, el diablio metio la cola otra vez.


Fue centro al área, error, borbollón y penal para el local, más la expulsión del arquero Esposito. Montoya obligado, realizaría la última variante para intentar contrarrestar la pena máxima. Entraba el eterno Salvati para tratar de impedir una nueva caída. Lamentablemente nada pudo hacer, adivino la punta arrojándose al palo donde iba el balón pero este acaricio su mano y entro al arco. El conjunto de Palomar se alzaba de esta manera con un triunfo agónico.



La figura de Vilo, fue Lucas Cura autor de un golazo. Este chico juega desde la humildad, el esfuerzo y la superación en cada jugada. Observar como Lucas disfruta del juego, es maravilloso y digno de copiar. Este muchacho nunca se lamenta, siempre juega a la misma intensidad, cualquiera sea el resultado jamás baja los brazos. El, agacha la cabeza para continuar  con su deleite, el de jugar al fútbol.

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