Vilo empato en un tanto ante C. Galicia. Caneda marco un golazo de tiro libre, la vista lo igualo por medio de un meteorito caído del cielo.
Después de la dura caída en Saavedra ante el puntero del torneo el conjunto dirigido por J.M. Montoya querían revertir su imagen ante C. Galicia A.
Para ello en el reducto, salían a la cancha los siguientes once jugadores; Salvati, Arrieta, Vega, Brandan, Fallese, G. Ciaramella, Caneda, Sáez, Ortiz Biondi, Cura y Conde.
Su técnico en la charla previa indicaba. “La idea es la siguiente, que Sáez juegue de extremo izquierdo bien pegado a la cal. Con Lucas Cura por el otro sector y Fer entre los centrales. Nosotros tenemos que logra que Fer tenga presencia en el área, que se desgaste en los últimos metros. Tenemos que lograr ser más agresivos muchachos…”
1.- Siendo las dos y media, el juez da comienzo al cotejo. En el tablero están las fichas ubicadas, el local adquiere una mejor condición desde su posicionamiento mientras su rival espera de que esto trascienda a medida que pasen los minutos.
2.- Lucas Cura juega pegado a la raya, su ubicación genera que el “verdugo de adjetivos” Fer Conde, descargue todo su potencial entre los dos centrales. Bajo este perfil arriban las primeras chances de gol. “La bestia” desborda y envía el centro, Fer no llega. Minutos siguientes nuevamente “el wing” llaga al fondo para asistir, pero esta vez al juvenil Sáez, que mete un cabezazo que sale desviado. El local es mas en primer cuarto de hora.
3.- El tiempo transcurre y el verde/blanco empieza a dar ventajas. Sus centrales intercambian marca, sin aferrarse a ella, el Pitbul es el más prolijo en su labor. La ubicación de Fallesen es una incógnita, ni lateral ni mediocentro. Por sus espaldas filtra el adversario. Caneda es el llanero solitario en la recuperación, “El che” colabora poco en la recuperación y su posición cerca de la de Ortiz Biondi facilita la ruptura de su línea a la menor pérdida de balón. Esto deja expuesto a Caneda quien se sacrifica corriendo a sus rivales desde atrás. Cura, Conde y Sáez están lejos de todo. Ortodoxo en lo suyo C. Galicia ya es más que su adversario.
5.- Montoya en el entretiempo expresa lo siguiente; “Muchachos encimemos las marca, firmeza a la hora de jugar. A los centrales, busquen las espaldas de los laterales adversarios. “Este partido se gana con convicción muchachos, no puede ser que siempre se nos compliquen estos encuentros”…
6.- Plagio a lo acontecido, la parte final comienza. Caneda es amo y señor de la mitad del terreno. El balón parado, es su arma letal. Por medio de esta acción es que se ocasiona la primera llegada de peligro. La falta llega al área, el portero falla en su salida y Branda no llega a empujarla. Los gallegos se salvan milagrosamente.
7.- Promediando los veinte minutos la dupla mueve el tablero, entra Nacho “El Grande”, sale “El Che” Ciaramella. Cura se retrasa para dar oxigeno en la mitad de campo y el recién ingresado va ocupar el lugar de extremo derecho. Vilo va en busca del triunfo.
8.- El reloj marca 26 minutos, Sáez es derribado en la antesala del gol. Caneda patrono del juego parado, toma la caprichosa, la sienta en el suelo y espera la orden del juez. La convicción del accionar, nos revela de que acá, va a pasar algo importante. El silbato suena, cuatro, tres, dos pasos, el golpe es seco, fuerte, rasante al palo del arquero, ¡“Homenaje a Enzo Trossero”! El balón infla la red junto al rincón del arco, el vuelo tardío del uno sale en el film junto a la caprichosa, que observa el festejo del “magnánimo del centro-campo”, Lucas Caneda. Vilo se pone en ventaja por 1 a 0.
9.- Montoya determina otra variante, sale el juvenil Ortiz Biondi ingresa F. Ortiz. El camino empieza a desviarse. Cinco minutos más tarde Galicia logra llegar al empate por medio de un gol fortuito. Luego de una falta inexistente sobre el sector izquierdo, el jugador gallego se saca el esférico de encima buscando meterlo dentro del área, con la dicha que caerá como meteorito en el segundo palo de arco que defiende el eterno Salvati. La vista iguala en uno y muy poco queda por decir.
Y 10.- El combate llaga a su parte final, es golpe por golpe. No hay orden, ni paciencia, Vilo propone regalando espacios. La vista lo puede ganar, pero la definición cara interna de botín derecho del delantero se pierde cerca del ángulo izquierdo de Salvati. La respuesta del local llega, el “descarado carasucia” asiste a Panchito Ortiz pero este se toma un tiempo más facilitando al golero el achique. El final será con amarilla para Caneda y pelota parada a favor del “magnánimo”. La última bola de la tarde caerá en el arco que da a la Av. Libertador. La redonda se pierde pique al suelo junto al palo derecho del uno. El juez da por finalizado un deslucido encuentro.
Antes de pasar a la figura del partido, quiero mencionar la importancia que es tener en el arco a Gabriel Salvati. Posterior al partido camino a casa se lo mencione, “Gabriel en los mano a mano tus atajadas significan goles. Si se contaran como gol hoy serias el goleador del equipo”. Una vez más fue irreprochable su labor, y hasta se podría interpretar que gracias a su desempeño se logro sacar un punto.
Pues bien, pasemos a la figura del partido, por momentos fue, llanero solitario en la mitad del terreno, metió, presiono y sostuvo al equipo con su simple manera de ver el juego, cien por ciento, esfuerzo. Lucas Caneda fue director supremo del film que deseamos reproducir para nuestra ideología del juego. Decía Guardiola, “No hay excusas, no las busques: se tu mismo”. Es así como juega “el magnánimo del centro”, el esfuerzo por delante del talento. Lucas corono su actuación con un soberbio golazo de tiro libre, le flato la frutilla del postre, arrebatar los tres puntos con ese colosal zapatazo.
Debido a que la semana próxima se jugaran los encuentros postergados por la fecha 12º, Vilo descansara por quince días hasta verse las caras ante Mitre en San Martín. Momento crucial para hacer un serio balance, pues se ha llegado a la misma encrucijada que antes, juegas bien con los de arriba y mendigas con los de abajo. Enmendarse o remendarse. Enmendarse significa ser muy crudos en la reflexión interna. Remendarse significa creer que no pasa nada serio y que todo puede seguir igual...
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