miércoles, 28 de septiembre de 2011

Jugando así, no importa el resultado.

Vilo igualo en cero ante La Salle. De esta manera volvió a sumar luego de dos partidos. Cosa ínfima porque lo notable fue que el equipo volvió a sus génesis.
El día martes por la noche en el reducto se jugaría la postergada fecha 8º. Vilo recibía a un duro rival, La Salle. Ambos equipos venían de perder por lo tanto ninguno pretendería asumir una nueva derrota.
Montoya técnico del equipo local determinaba jugar con los siguientes once; Serpa, Arrieta, Pezzolano, Pucheta, Fallesen, Iglesias, Saggio, G. Ciaramella, Vega, Conde y M. Ciaramella.
En la charla técnica Montoya hacía hincapié en cambiar el chip. Para ello hay que volver al punto cero. Confiar en lo que se hizo hasta la fecha y volver a las bases. Orden, sacrificio, solidaridad, compañerismo…
La visita jugaría los primeros 45 minutos con viento a favor. Vilo atacaría para el arco que da al rio. El juez pitaba dando comienzo al encuentro. De entrada la visita insinuaría jugar en terreno local pero esto no gravitaría. La defensa encabezada, por un extraordinario Pucheta, se pararía en tres cuartos de cancha haciendo que el equipo juegue en 30 metros con sus tres líneas juntas. Esto ocasionaría que las segundas pelotas sean mayormente ganadas por el conjunto local. A los 18 minutos tras una jugada de pelota parada el Alto Fer asistió de cabeza al “Batallador de América” para que este empuje a la redonda al fondo del arco. Desafortunadamente Saggio resbalo y no pudo concretar dicha asistencia. El encuentro siempre era más friccionado que jugado pero cuando la caprichosa pasaba por los pies del Che Ciaramella el juego florecía. De esta manera promediando los 30 minutos el “Che” dejo a su hermano Matías cara a cara con el uno pero la definición del eterno goleador se fue afuera. Vilo volvía a sus bases sacrificio, lucha, entrega, compañerismo, concentración eran las pautas que llevaban a que el encuentro sea reñido y parejo por donde se lo mire. La visita también tenía lo suyo, nunca daba nada por perdido. En el crepúsculo de la primera parte La Salle pudo haberse puesto en ventaja, tras el único desacople defensivo de Vilo, su delantero ante el achique del Topo Serpa erro en la definición. Los primeros 45 terminaba igualados en cero.
Montoya preguntaba gratamente. ¿Cambio el asunto o no, juagar así es otra cosa, no? Cuando ustedes juegan así no me interesa el resultado, me voy conforme igual. Para finalizar les mencionaba a sus dirigidos,” no aflojen el que afloja pierde, a no aflojar muchachos”.
La parte final comenzaba. Ahora el local era favorecido por el viento. Vilo se paraba nuevamente en terreno adversario y no cedería en ningún momento. Las situaciones de gol llegarían primero en los pies de M. Ciaramella que no podía definir cómodamente ante el cierre de un defensor. Más tarde Pezzolano, quien hacía su debut desde el minuto cero, conectaba de cabeza un córner enviado desde la derecha haciendo que la redonda se valla apenas afuera. La Salle contestaba, de contra hilvanaba la jugada quizás más peligrosa del partido. Mano a mano quedaba el delantero ante el temperamental Serpa quien achicaba y desviaba colosalmente la definición al córner. Vilo y La Salle no se sacarían ventajas el empate sería un justo resultado. Ambos equipos lucharon los noventa minutos sin darse tregua, la entrega fue superior al juego quizás ahí este la respuesta al porque fue empate en cero.

La figura del encuentro fue M. Pucheta, como menciono luego del partido el ayudante de campo D. Cusnir su labor fue extraordinaria, robo todo.
En la charla previa Juan Manuel les menciono a sus dirigidos, volvamos a nuestras bases, orden, sacrificio, solidaridad, compañerismo… El plantel ayer por la noche respondió de grata manera dejo todo en el terreno de juego haciendo que uno se olvide del resultado y este pase a ser anecdótico, porque sinceramente jugando así no importa el resultado, uno se va conforme igual.

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