miércoles, 8 de mayo de 2013

Pep Guardiola en la argentina

No podíamos olvidar el paso de Pep Guardiola por la argentina. Por eso me tome el atrevimiento de reproducir dos notas majestuosas a nuestro Blog. La primera de Ezequiel Fernández Moor del diario La Nación, la otra de Matías Manna de su blog, Paradigma Guardiola. Entre ambas un video de 16 minutos de un esplendido Pep en el Gran Rex,  donde remarca lo que mencionan las publicaciones.
Sin más preámbulos a disfrutar la riqueza de los conocimientos de Pep sobre su visión del fútbol.


Guardiola, Don Chicho y San Martín

Por Ezequiel Fernández Moores (Diario La Nación) 
"El Gordo" Jorge D'Alessandro mira desorientado. El inesperado salero que le muestra Ángel Cappa por el flanco izquierdo de la mesa lo obliga a mover el vaso y a rearmar toda la teoría táctica que acaba de recitar. Terminado el nuevo discurso, Cappa hace aparecer entonces la tacita de café y D'Alessandro, otra vez sorprendido, se ve obligado a mover ahora la miga de pan que había pasado a custodiar el lateral derecho. Y ensalza con nuevos argumentos su sistema de marcación. Feliz, ve luego que el orden de sus cuatro cucharitas cancela a los tres terrones de azúcar de Cappa. "Ah sí, ¿y a este otro que me queda libre entonces cómo me lo marcás?", vuelve a desafiarlo Cappa, mientras hace aparecer otro terrón. Los técnicos argentinos pasan casi dos horas jugando al uno contra uno en plena sobremesa esa noche en España, donde ambos dirigen. Hasta que D'Alessandro, resignado, parte al baño. "El boludo -dice Cappa al resto- no se dio cuenta de que le estoy jugando con uno de más."

Cappa, desde Madrid, me corrige algunos detalles de la anécdota que me contaron hace tiempo colegas españoles bajo risotadas y seguras exageraciones. Me dice que, efectivamente, él no tomaba en serio esa noche ciertos devaneos tacticistas de D'Alessandro, pero simulaba atención y hacía como que aprendía. Jorge Valdano, que dirigía entonces al Tenerife con Cappa, no pudo aguantar la risa y se fue a dormir. "Yo sí me aguantaba la risa como un duque. Y cada vez que él armaba una nueva táctica defensiva, le corría una tacita de café hacia un lado, volvía a preguntarle cómo resolvía ese problema y él se enredaba y decía a cada paso una barbaridad más grande." Algunos ironizan afirmando que 4-4-2, 4-3-3, 3-5-2 o 3-4-3 apenas son "números de teléfono". Otros escriben libros sobre el tema. Como sea, la discusión sobre cómo establecer superioridad numérica para dominar al equipo rival es uno de los principales desafíos de cualquier entrenador.

Para Pep Guardiola, la zona en la que se debe imponer esa superioridad es el medio campo. "De pequeño -dijo Guardiola durante su charla del jueves pasado en el Gran Rex- me enseñaron que cuando tienes uno más en el medio campo tienes más control para atacar y para defender. Otros creen que no es lo más importante, pero yo me creí esto. No me digan por qué. Son las mías. No digo que son mejores, pero son las que yo siento." No lo explica con saleros ni terrones de azúcar, sino con un video de partidos de Barcelona. Es el momento en que Lionel Messi deja la banda derecha y se corre hacia el medio, como falso nueve, retrasado para confundir la marca. El video muestra las clásicas parejas uno contra uno en diversos sectores del campo, siempre con uno que sobra en defensa. Messi se desplaza al medio para imponer superioridad numérica, hasta que los centrales rivales, advertidos de la nueva posición de Leo, salen a buscarlo. Para contrarrestar esa maniobra, Guardiola envía a un zaguero para que se pare como 9 en el área rival y retenga a los centrales. La decisión, acepta, conlleva un riesgo. Deja a su defensa uno a uno "contra los mejores atacantes probablemente del mundo" (Pep no lo dice, pero el rival del video es Real Madrid). "Nosotros -afirma- estamos mano a mano, pero ellos también y bueno, a ver quién la tiene mejor." Aplausos y risas.

Filmado de modo amateur por algún asistente, el video del Gran Rex causó furor este lunes en las páginas web de algunos diarios españoles. De "chanta" a "mago", según la camiseta del cliente, desfilan todas las opiniones para el hombre que, los números hablan, ganó 14 de los 19 títulos en los que compitió en sus primeros cuatro años como DT, 11 de 12 finales, incluyendo dos Ligas de Campeones de Europa. Y que, además de los títulos, fue DT de un Barcelona que ofreció acaso las más hermosas lecciones de juego ofensivo y asociado en la historia del fútbol moderno. "Llegó un día en que los goles -graficó Simon Klemperer- se hacían por el medio, cuando un grupo de amigos que no superaban el metro setenta de estatura optaban por entrar en el área justo donde estaban todos los contrarios y se escabullían entre las piernas desconcertadas de los gigantes." Filosos, algunos apuntan a que el video de Pep en el Gran Rex desnuda acaso buena parte del problema cada vez más agudo de "Messidependencia" que sufre un Barcelona hoy saturado, menos preciso y veloz que en sus tiempos de oro. Sin Samuel Eto'o primero y Zlatan Ibrahimovic después, el Barcelona de Guardiola no pudo, no quiso o no supo crear un plan alternativo a la figura de falso 9 de Messi. Se hizo patente cuando Messi se lesionó en semifinales de Liga de Campeones ante Bayern Munich. El título de Liga, Leo mediante, está otra vez a las puertas. Pero el Barcelona que hoy dirige Tito Vilanova sabe que algo ha cambiado. Y que tiene que volver a reacomodarse.

Guardiola no se adjudicó verdades ("se puede jugar de mil maneras, todo vale"), invenciones ("robé de todos y róbenme, si al final jugamos para la gente") ni lirismos ("en mis equipos, el que no corre sale solo"). Pudoroso, no habló del coraje y de la audacia que tuvo para hacer de su Barcelona, al menos, "el mejor equipo de los últimos 30 años", como acaba de reconocer José Mourinho. "La audacia de Pep -me dicen desde Barcelona- nace, como casi todo, de una máxima «cruyffista»: ante una gran cita, como mínimo, debe haber una sorpresa en el once titular, algo que descoloque al equipo rival." Así apareció un día Messi de falso 9 en el 6-2 a Real Madrid en el Bernabéu. Otra vez fue Dani Alves como extremo derecho. Le ganó 3-2 con tres defensores al Milan en San Siro. Al Santos lo goleó 4-0 con un concierto de mediocampistas. Se jugó una clasificación a la Champions con "un tal Pedrito". O con Mascherano de central. Y, lo que hasta antes de él parecía imposible, decidió que Xavi e Iniesta podían jugar definitivamente juntos, y respaldados en función más defensiva con un juvenil ex extremo derecho llamado Busquets. "Ahora -me recuerda la fuente- parece fácil decirlo."

Tres días después del Gran Rex se jugó el superclásico. Boca tenía que romper una racha récord de partidos sin ganar. River debía ganar para acercarse a la punta. Jugaron la primera media hora y la hora siguiente eligieron no perder, como casi siempre. Fue pura pirotecnia, como el show de la barra brava que se adueñó del espectáculo, también como sucede casi siempre. Guardiola ya se había ido. Lo hizo después de dejar en claro sus gustos: "Hay que agradecer lo que César Menotti y Marcelo Bielsa hicieron por el fútbol mundial", había dicho en su exposición, mientras Carlos Bilardo escuchaba desde las primeras filas, junto con colegas cuyo juego, sabemos, está en las antípodas del de Guardiola. "Se juntaron Don Chicho y San Martín -me dice Cappa desde Madrid-, tipos que no entienden o no les importa eso de que el fútbol también es juego, pero fueron a verlo porque ganó." Matías Manna, periodista y DT, habla de "franela impostora" en Paradigma Guardiola, su página web ahora libro (es uno de los 16 que hablan de Pep o de Mourinho y que exhibe el gran stand de librofútbol.com en la Feria del Libro en Palermo).

"Franela impostora", dice Manna citando a Bielsa, es cuando te "adulan por haber ganado", sin importar cómo ni si lo mereciste. Terminado el show del Gran Rex, Guardiola se fue a cenar con Menotti. Charlaron hasta casi las 3 de la mañana. Pep le confesó la sensación de cautela que le imponía saber que en menos de dos meses asumirá como nuevo DT de un Bayern Munich que está ganando todo, y con un gran juego. "Tranquilo Pep -le dijo Menotti, recordando un viejo consejo del maestro Adolfo Pedernera-, que cuando abras la puerta del vestuario y digas buenos días, todos los jugadores ya saben a qué tienen que jugar."




 
Pep ante la franela impostora

Por Matias Manna (Paradigma Guardiola)
Comenzaremos imitando a Josep Guardiola en su conferencia en Argentina: citando a Marcelo Bielsa.

"Como no se revisa por qué ganaste, como te adulan por haber ganado, no porque mereciste ganar o por el recurso por el que ganaste, entonces tuve claro siempre que esa franela, ése es el término, es impostora", dijo el rosarino en una charla ante alumnos de su pasado Colegio secundario. Lo utilizábamos en un artículo "que tinguis sort, que tinguem sort" relacionado a la despedida de Pep como entrenador del primer equipo del Barcelona.

Argentina recibió a Guardiola y eso es una gran noticia para este medio autogestionado. Desde siempre nos despertó las ganas que transmiten los buenos maestros para leer más, analizar más partidos y para seguir estudiando. Muchos de lo que hacen esto fueron a verlo. También estuvieron muchos otros, aquellos que no tardaron en posarse al lado de Pep e intentaron abrazarle sólo para decir "soy amigo, ¿vieron?".

El fútbol argentino necesita estas charlas, porque muchos están trabajando para volver a sus fuentes y recuperar algo de su digna historia. Alguna vez el San Lorenzo del 48 fue a España y lo aplaudieron tanto como el público del Gran Rex festejó una secuencia de pases en mitad del campo realizadas por el Barcelona frente al Real Madrid, exhibidas en la conferencia de Manel Estiarte.

La franela impostora se relaciona a que demasiadas cuestiones que Guardiola mencionó, son contrarias a las realizadas por muchos de los que lo aplaudieron.

Pep dijo que "el portero debe ser un jugador más de campo y dar buenos pases", mientras un pase atrás, en nuestro fútbol, es silbado, abucheado y el contexto histérico apura para que el arquero le dé para arriba.

Guardiola destacó que "los defensas deben conducir el balón generando superioridades en las líneas continuas", cuando se prefieren defensas, sobre todo, fuertes, altos, de gran juego área y que revienten cuando las papas queman.

Podríamos seguir enumerando. Pero hay una gran generación de jugadores, entrenadores y simpatizantes que fueron educados de otra forma. Lo importante es ganar y como sea. Muchos juegan a ser superiores desde un mandato autoritario. Importa poco cómo. Guardiola mencionó la importancia de Cruyff para que el Barcelona hoy juegue "igual" que hace 30 años. Lo que antes de la llegada de Cruyff le pasaba al Barcelona, le sucede a la selección argentina. "Viene un dt, juega de tal manera durante dos años. Luego viene otro, y juega con conceptos totalmente contrapuestos" y así sucesivamente en muchos clubes. Ni se quiere crear identidad, ni interesa. Lo importante es ganar y salir campeón en la novena. Se envenenó a un rival en el Mundial 90 y no repasamos la acción. Se da por sentada como norma del contexto. Tres días después de la partida de Pep desde Argentina se premió con una plaqueta al entrenador del sub17 argentino. Todo en el mismo frasco, la payasada y el cholulismo antes que el proyecto y las ideas. El mismo que dijo "me importa nada el cómo, vamos a clasificar" y no ahorró gestos obscenos hacia sus rivales.

Van otras menciones de Guardiola en la conferencia que se contradicen con el contexto del fútbol argentino.

Nos regaló 15 minutos de táctica con contenidos audiovisuales. Dijo que hablaba mucho con los entrenadores (si si!!, no softwares, ni empresas; entrenadores) que le ayudaban con el análisis de los rivales. Aquí va la parte para defender a nuestro sindicato, el de los entrenadores-analistas. En estas latitudes, el entrenador-analista para a ser un "editor de video", como mucho, o un "pibe, me hacés el video", porque claro, el conocimiento solamente es de los grandes.

Un recuerdo nos ayuda a contarlo mejor. Luego de ganar la final frente a Estudiantes (¿se acuerdan que Argentina adoró la forma de juego de Estudiantes en esa final? Y que muchos volvieron a gritar el arrogante: este equipo en la liga argentina no juega), Barcelona inició su pretemporada y tuvo que viajar a China. Viajaron los suplentes de los suplentes del Barcelona porque los demás estaban con sus selecciones y o de vacaciones, y Guardiola caracterizó tácticamente al equipo chino en la conferencia previa al partido. Había visualizado cuatro partidos antes de enfrentarlos.

Guardiola dijo que lo más importante es el centro del campo. Que siempre quiere más gente ahí que el rival. Y que allí, deben jugar los buenos, los que se pueden asociar. Hoy, el 80% de los equipos de primera división juegan con doble pivote bien defensivo, muchos sin enlaces. Se prefiere el juego directo y llegar al arco lo más rápido posible.

Pep habló y muchos se iban deslizando en su silla, poco a poco, dejándose caer. Tapándose del foco de atención, porque eran los mismos que ayudaron a que el fútbol argentino represente otro ideario, bien distinto, a lo que estaba diciendo el entrenador español.

El periodista Ezequiel Fernández Moores exhibe un fragmento de la charla que mantuvieron César Luis Menotti y Pep Guardiola en la cena post-conferencia: "Cuando entres al vestuario del Bayern, los jugadores ya sabrán cómo quieres jugar". Será un anhelo de Pep. Como jugador lo que menos le gustaba era entrar a un campo de juego sin saber que iban a realizar, sin conocer específicamente a que jugarían. Creo que esa sensación les sucede a varios jugadores argentinos, sobre todo a jugadores en procesos de formación. No saben cuál es el estilo que pregonan sus entrenadores o sus clubes. Las indicaciones varían contradictorias según el resultado de turno.

Los movimientos y el juego de posición que exhibió Pep en la conferencia, son características contraculturales del fútbol en general. Como lo siente tan suyo él y tan suyo sus jugadores, pueden arriesgar allí donde nadie arriesga y donde parece más adecuado no arriesgar. Sería un error para muchos tomar como mandamientos las palabras de Guardiola. Si algo no tienen que hacer, es hacer lo que no sienten.

No se olviden de las palabras de Marcelo Bielsa.



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